“Será difícil olvidarte, difícil creer que ya no estás. Muy pocas veces ya he dicho adiós; pero conozco las horas desgarradoras de la despedida. En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira, el dolor a su lado, y la batalla que pelearemos en tu ausencia. Tu partida no es una ausencia, es una motivación a seguir adelante. Que la fuerza este contigo, General Leia Organa”. Desde que te conocí, hace más de 36 años supe que eras una persona diferente. Tus padres, aunque muy diferente a lo que querían que fueras, te dejaron ser sin poner un pero a tu causa de lucha. Una pelea que hizo que perdieras a tus seres más queridos. A la persona que supo que siempre lo amarías y al resto de tu familia.
Hoy te has hecho una con la fuerza. Te has vuelto más poderosa de lo que era ya en el plano físico. Tu sed por ver una galaxia libre y sin fronteras a adquirido más poder y los que siguen en la lucha por ese ideal tienen ahora ímpetu en seguir adelante.
Tu libraste más batallas personales que las que tuviste en el campo. No fue fácil, lo pude ver con los años. Saliste adelante entre tantos conflictos a los que llamaste el lado oscuro. No dejaste que te absorbiera y dejar por un lado la verdadera causa de tu lucha. Hoy perdimos esa batalla, pero la motivación sigue adelante. Luchaste mientras se pudo, pero cuando creíamos que era imposible murió.
Seguiré con un pensamiento firme que nunca conoceré un final. Uno tiene que morir para saber exactamente qué pasa después de la muerte.
Si viviéramos en una galaxia muy, muy lejana Seria el epitafio perfecto para dedicarle a la que conocimos en la vida como la famosa Princea Leia Organa, una rebelde que se unió a una causa para la liberación de una opresión. Suena fantástico para un mundo de fantasía, pero en realidad es algo que se lo dedicaría a la persona de carne y hueso que fue Carrie Frances Fisher, que también tuvo una batalla personal con la vida y sus tentaciones oscuras. Descansa en paz querida princesa, 21 de octubre de 1956; 27 de diciembre 2016.