viernes, 11 de junio de 2010

Me convertí en un Monstruo

[Creo que este es un buen post para volver a poner algo en este espacio. Click en la imagen y se hace más grande. Gracias Katheleen Rosas de Alejos por la foto]

Acepté una invitación para participar en la muestra colectiva de Monstruos. La obra a mi parecer fantástica, después de ver una colectiva que se hizo en Francia. La idea alucinante cuando me dijeron que tenía que poner una descripción personal de lo que pensaba yo que era Monstruo. Wow, algo difícil por que cada quien tiene una idea.
Si lo vemos desde el lado de Monsters Inc. algo tierno; si lo vemos desde el lado de la Llorona o la siguanaba algo totalmente tenebroso. Y bueno me sumé al reto

Pensé en mi mejor centella de creatividad hacerlo, pero no sacaba chispa la cosa. Sería el mood que me cargaba, no lo sé. Y pensé que un monstruo no nace de la noche a la mañana. Éste se construye, se crea con los años. Se le suman cosas que le han pasado y así en su más abominable evolución o en su forma más tierna, se arrastrará por debajo de las camas o saldrá de los guarda ropas para asustar o ser querido.

Y bueno no me queda nada más que agradecer a Vuelta de Gato y a Pablo Bromo por la publicación y a Alejandro Marre por hacer esta convocatoria. El libro parece una biblia relatando los diferentes conceptos de monstruo, si se pueden ir a dar una vuelta para verlo está genial.

Aquí les dejo mi texto e interpretación de ser un monstruo:

Y mientras otro monstruo escupía sus cenizas al aire, el ocaso llegaba a su punto y el mar se tragaba al sol; me encontraba en el mismo punto con el puñal clavado por la espalda y viéndote cruzar por la esquina sin retorno.

Tratar de encontrarte como una canción de frente, desvelada, confundida en una madrugada triste. Es la peor de las pesadillas. Esa que cada noche carcome, sentencia, persigue. Esas ganas de verte, tenerte, acariciarte una y otra vez más. Esas ganas de tu mirada. De perderme en tu esencia y sentirte nuevamente. De tener tu sonrisa. De sentir tu latido en mi pecho.

Pero ahora ya no puedo. Lo siento. Entre las sombras, cómo se busca colar al ataúd que hoy me guarda; esa lágrima que me transforma en el susurro que lleva el viento con ese mensaje de cada noche. Ese cómplice que me convierte en ese monstruo.
Soy ese monstruo por las cosas que hacía.
Soy ese monstruo que sientes cuando no estoy.
Soy ese monstruo que aparece cuando me voy.
Soy el monstruo que te acompaña.

Y heme aquí, cual monstruo espiando tus sueños. Porque solo tú me entiendes cuando te lo digo al oído. Ese cuento que éste loco te contaba cada noche. ¡Dulces Sueños!

[Esta es la evolución de este monstruo a travez de los años...]