miércoles, 26 de septiembre de 2012

Bueno, subámosle el volumen y destruyamos el lugar

[Fobia vuelve y regresa de una manera que no esperé. El más reciente material de la banda mexicana llegó a mis manos hace una semana y no ha dejado de sonar.]

Recuerdo que cuando compré mi carro hice una promesa. Que sonaría sólo música de Fobia en cada viaje que hiciera. Llegó un momento en el que ya mis amigos se habían cansado, por no decir hartado, de escuchar a esta banda que llegó a mis oídos con el disco Mundo Feliz y su canción Pepinillo marino. Vaya que ya han pasado los años desde esa sorpresa musical y no me deja de extrañar que lo vuelvan a hacer con su nuevo disco Destruye Hogares.

Hablando con el amigo Méndez, quién fue el que me hizo llegar este disco, platicábamos sobre como la banda ha madurado musicalmente. Y es que desde Rosa Venus han pasado siete años, disco que rompió la costumbre sonora de esta banda al entrar y mostrarnos un sonido diferente al acostumbrado. Pero si queremos llegar a una comparación más fiel al sonido clásico de la banda, hay que mencionar que han pasado 17 años desde Amor Chiquito. Y ahí si podemos darnos cuenta de esa madurez sonora de la banda.
En este disco podemos escuchar, tanto, musicalmente como la estructura en sus letras, pinceladas de sus sonidos Pop Rock Alternativo de sus primeros discos y una carga al estilo Indy que nos dieron con Rosa Venus. Además no podemos obviar sus letras peculiares de contarnos sus historias que han sido insignia de la banda gracias a la mente hilarante de Paco Huidobro.

Esto a través de 11 temas que conforman el disco. La Búsqueda [el sencillo de este disco muy bueno para volver a la escena del rock]; Pesadilla [de aquellas que se te pegan al escucharlas a la primera. Muy al estilo de Fobia de los 90's]; Monstruo [que puedo decir, le queda como anillo al dedo a este disco]; Desierto [esta es la melancólica del disco ]; Dinosaurios [mi favorita hasta el momento de este disco]; Un No Se Que [Pudiera decir que esta canción quedaría muy bien para cualquier disco de Fobia ] Siempre Estoy [si quieren dedicar una canción romántica divertida, esta es la adecuada ]; Vampiros [retomando un poco el sonido de su anterior álbum]; Fantasma [pasará desapersibida en un principio, pero de ahí se volverá en favorita]; Feo [Imagino que será la que más le gustará al público por su peculiar sonido a Fobia]; Inesperado [un cierre perfecto para este disco].

Pero aunque podemos decir que todo es de lo mejor en este disco, hay que destacar una ruptura, que para algunos es punto principal de la banda. La ausencia del Chá! y de Iñaki Vázquez. La ausencia de Jay de la Cueva, conocido como Brian Amadeus Moderatto, era de esperar. Ya que a punto de vista personal, siempre quiso ser el front man de una banda. No digo que no le quede el papel y menospreciar a Moderatto, pero vuelvo y repito, personalmente creo que por esos egos de grandeza es que se rompen bandas de gran calidad y por contratos, algunos de los músicos no pueden regresar a su primer amor musical.

Yo me seguiré emocionando al escuchar cada uno de sus temas nuevos y por supuesto, los clásicos que me han acompañado durante 20 años. En especial con Descontrol, por los buenos recuerdos; con Hipnotízame, para que me vuelva a salir una lágrima en un concierto; con El Crucifijo, para pegarme en el pecho tres veces y decir me gusta!; Con Caminitos del Cosmos, para evitar tomar fotografías con Flash!; Con Los Cibernoides y hacer el desmadre; Con Revolución sin Manos y sacarle provecho al rock; Con El Diablo, y saber que no todas las mujeres deberían de tirar tanto de la cuerda; Con Regrésame a Júpiter, y soñar otro poquito; con El Microbito, y estar muy calientito casi todo el tiempo; y con El Pepinillo Marino, como aquella primera vez que sonaron en una grabación a lo lejos en 1992.

Y como dijo Paco, ahora Fobia suena como Fobia.
Po[http://itunes.apple.com/gt/album/destruye-hogares/id544512068?l=en]

martes, 18 de septiembre de 2012

El knock out de Bohemia Trébolshop

En el escenario una trompeta anunciaba aquello que por 191 se ha celebrado como independencia. El público rugía al unísono grito de ¡Guatemala tu nombre inmortal!  Y yo, que me encontraba a 50 metros del escenario, sería testigo en pocos minutos para ver al que el que se encontraba a la par mía caer noqueado de un derechazo por querer moshear en un lugar en el que nadie quería ser molestado.

Una de mis canciones favoritas, Los sueños de Tansú, sonó en el escenario de manera horripilante. La mezcla de sonido que se escuchaba en el gallinero convertido en lugar de conciertos, Mundo E, imitaba al que parecía venir al de un radio de transistores poniendo a solicitud de aquellos que llamaban las canciones de Bohemia Suburbana en una radio mal sintonizada dentro de una lochera de metal. Un desagrado para unos cuantos que querían ir a disfrutar de viejos recuerdos musicales de esta banda.

A la mayoría del publico le importó poco esto. A ellos el sentimiento de ver nuevamente a la mítica banda, que durante los últimos 20 años ha sido la preferida de todos los guatemaltecos, pesaba más que ponerse a pensar en el desagrado por que el supuesto ingeniero de sonido hiciera bien su trabajo. Ellos querían moshear al sonido de la banda de rock nacional. Y así lo hicieron.

A mi, la experiencia era diferente. El recuerdo de ver otra vez en el escenario a Pepe, Alex, Giovannie, Álvaro y Juan Carlos fue lo que más me llamaba la atención. Perdón si no incluyo en esta lista a los "invitados musicales extras", ya que no los considero piezas importantes, o en sí, miembros de la banda. También me hubiera gustado ver al Piolly tocando el bajo y a Rudy en los teclados, pero entiendo el descontento sobre las heridas que se hacen cada vez más grande con los años dentro del alma y armonía de esta banda.

Fue emocionante verlos de nuevo juntos. Interpretando las canciones que los unió durante cada etapa y cada disco de la banda. Sombras en el Jadín, Mil Palabras con sus dientes, SuB y Bohemia Suburbana, discos que en cada canción guardan una historia de cada uno de aquellos que las ha escuchado.

Ahora bien, si con Bohemia el sonido fue como lo describí, con Malacates Trébol Shop fue el mismo radio de transistores dentro de la lochera pero parecido cuando la batería no daba para más. Y eso me hizo recordar y viajar 13 años atrás, y revivir lo que miles de personas vivieron y vieron en un escenario de la zona 13. El lugar donde las cortinas de polvo aparecían cuando el público brincaba por un himno acogido por ellos.
Esa vez esta banda se presentaban ante un lugar llego de seguidores del rock nacional con un sonido diferente. La primera vez que se enfrentaban al monstruo chapín quedó demostrado con una lluvia de monedas que se hizo presente a la hora de acompañar el éxito que les abrió la puerta en esos momentos, Ni un centavo.

Esta vez sucedió lo mismo que en 1999 en aquella llamada Plaza de Toros.  No llovieron monedas, fue uno que otro insulto que nadie tomó en cuenta. Sin importarles mucho la experiencia musical que daban los encargados en la consola, todos los que estaban en el lugar cantaron, brincaron y ovacionaron juntos a esta banda ícono musical de nuestro país .

Yo, por mi lado, disfruté de aquel sonido de ese radio de transistores. Y aunque no los vuelva a ver juntos en un escenario, salud y gracias por tan buenos momentos musicales.

lunes, 16 de abril de 2012

Aquí se espantan malos augurios

[Soy testigo de que la música es una medicina que se da sin receta y nutre el alma.]

El camino de la vida está lleno de música. Nadie puede pasar un día sin escuchar una melodía que lo anime, enoje, divierta, emocione, le rompa el alma, le traiga viejos recuerdos. Le den ganas de volver a vivir una época, criticar lo que está escuchando y en algunos casos, seguir adelante con la vida.

Hace unos meses mi vida tuvo un giro, algo a lo que no está uno preparado y fue la partida de mi viejito. No sabía que una de las canciones de un gran amigo, El gordo, AKA Carlos Rafael Hernández Gracioso, iba a ser una que me fuera a dar tanta calma al final. Su letra y su melodía me hacía saber que todo iba a estar bien y va a estarlo.

Aunque es una canción triste, Testigo, cuenta una historia de un reencuentro espiritual. De esas canciones mágicas que te llegan al alma sin saber por que. Melancólica hasta los calcetines y su frase, “y despacito como en funeral...” deja ver que la vida se tiene que tomar paso a paso, no tan a la carrera hasta llegar al último día. Algo así platicábamos una vez con el gordo, que esa linea es la más fuerte de toda la letra. Esa que en ese espacio en el cual el tiempo parece estar detenido.

Ya lo había dicho antes en un post llamado, El es mi amigo El Gordo y su disco, en el que describía un poco de él y la presentación de su primer disco. Hoy tres años más tarde y unas 55 canciones la magia esta presente en la mayoría de sus canciones. Testigo tiene un conjuro especial, por lo menos para mi. Ahora me da tranquilidad con un nuevo sueño, de ser testigo cuando nos volvamos a encontrar.  

Aquí les dejo la canción a los que no han tenído oportunidad de escucharla.


Y aquí les dejo la canción que disfruto más de mi amigo el gordo. Calavera dancing de su último disco, el gato negro.

jueves, 12 de abril de 2012

Post data de la post data de la post data.


[A veces el personaje más inusual se puede convertir en tu mejor amigo]

Formar una amistad cuesta. No se hace de la noche a la mañana. Tiene sus altibajos, sus malestares. Sus victorias y sus derrotas. Sus enojos y alegrías. Pero que sucede cuando esta amistad se forma de una manera por pura fortuna. Cuando decides a la suerte escribirle a alguien por que no tenés amigos en donde vives y así empieza la aventura más extraña que te hayas podido imaginar.

Algo así sucede con Mary, una niña sin amigos de ocho años que vive en Melbourne, Australia, y con Max, un viejo que padece obesidad, ataques de ansiedad y que vive en la gran manzana, Nueva York.
La vida no les ha sonreído a ambos. A su corta edad, Mary tiene que lidiar con el bullin escolar (algo que se extenderá por sus años hasta que se convierta en una profesional), con la desatención por parte de madre y padre, y por no tener muchos amigos. La verdad ninguno. A Max ya la vida le está cobrando la factura. A sus 44 años sufre de un trastorno de obesidad mórbida y diversos problemas mentales. Sus vidas cambian el día en que Mary se encuentra una guía con los números y direcciones de las personas que viven en Nueva York y al azar le empieza a escribir a Max para contarle como es su vida en el continente rojo. Una historia escrita a punto y letra, y con las letras de una vieja máquina de escribir a lo largo de dos décadas.

Mary and Max es unamelodrama cómico basado en hechos reales. Escrita y dirigida por Adam Elliot. Con las voces de Toni Collette, Philip Seymour Hoffman, Eric Bana, Barry Humphries y con la narración de Bethany Whitmore.

Aquí el trailer de la película

lunes, 2 de abril de 2012

Pero que alegre... las tradiciones

[Aún recuerdo la primera noche que fuimos juntos a cargar. Tenía 6 años y tu asustado de que no me perdiera. Aún guardo el turno que me regaló esa noche.]

Para unos es verano, playa, sol, arena y aglomeraciones en arena negra; tránsito en las carreteras, pago de impuestos por que así lo deciden los lugareños, y lugares saturados de visitantes. Para otros, procesiones, alfombras, tradición y largas filas, tránsito, calles cerradas y desesperación.
Cualquier actividad que uno haga en la semana santa es el mismo calvario. Inclusive quedarse encerrado en casa. Mala programación en la tv, calor de la chingada, mal servicio a domicilio de comida, etc.

Pero sea cual sea la actividad que se haga, ya es una tradición familiar salir de viaje o quedarse en la ciudad en los guatemaltecos. Mi tradición es quedarme y cargar procesiones, que la compartí con mi viejito a lo largo de 30 años. Ya sea que iba a la par de él en el recorrido, cuando empecé en la procesión infantil o juntos, cargando el mismo turno u otro. Pero siempre acompañándonos
     El cargar una procesión fue algo que él me enseño y que año con año lo hice, y lo hago con ganas. Inclusive llegue a cortarme el cabello una vez antes de cargar, por que los de una hermandad de las procesiones que cargo, en sus políticas no permitían cargar con el cabello de esa manera. Irónico cuando ellos veneran y hacen su devoción a una imagen con cabello largo.

Este año lo haré sin la compañía física de mi viejito, pero nuestra tradición sigue. Su nombre y apellido siguen el el turno que él me heredó hace 10 años, ya que su enfermedad no se lo siguió permitiendo hacer, pero lo cargo como si fuera él el que lo hiciera. Aunque lo extraño, sé que está conmigo compartiendo nuestra tradición que el la empezó hace 55 años.

Viste mi viejito, ¡seguimos juntos en este nuestro tradicional viaje!

lunes, 26 de marzo de 2012

In Todd Phillips we trust

Cuenta la leyenda que tres auténticos loosers decidieron hacer la fiesta más sorprendente a la que nadie había asistido antes. No como esas wannabes que arman en el puerto y que todos tienen que ir vestidos de blanco sosteniendo un vaso de color verde y poniendo sus fotos en todas las series sociales. No, a esta fiesta llegaron todos los que quisieron pasársela bien. Las mujeres más bellas, los jugadores del equipo de football, el vecino que todos odian pero por gracia divina ese día es el "bro", perros, gatos, gente pequeña... hasta tu abuela llegó sin previo aviso.

Fue tan grande que todos hablaron de esa fiesta, incluso aquellos que no llegaron, sabían tantos detalles para contarla. Se corría el rumor que esa noche iba a ser la oportunidad de sus vidas. Las mujeres con las que nunca se imaginaban les iban a hablar, amigos que nunca iban a tener serían sus compadres, la fiesta que jamás imaginaron sería la más recordada por todos y la pesadilla que todo padre de familia se convertería en realidad. Be cool for one night and everything changes.
 
Árboles y casa incendiadas, carros hundidos en piscinas, gente desaparecida y un estado de calamidad en un vecindario, fue el conteo parcial de aquella noche. Todo fue grabado en video, que fue la única evidencia que sobrevivió de aquel acontecimiento. A los pelones que organizaron de esta fiesta nadie sabe que es de ellos al día de hoy, pero de una cosa estamos seguros, ahora son una leyenda viviente.

De eso se trata un poco Proyect X de Todd Puillps. Que viene siendo un cuasi cóctel de esteroides de Super cool, The revenche of the Nerds y The Big Bang Theory en una batidora, que sin lugar a dudas, sigue con la tradición de estas películas que vinieron a dárle su lugar en nuestro corazón a todos aquellos intelectuales de la ciencia y tecnología, y que les pedíamos copia en los éxamenes. 

PD Si te gustó The Hangover y Old School, esta película no te decepcionará.

lunes, 19 de marzo de 2012

Entre el juego, la sombra y el cielo de Carlos Ruiz Zafón


Caer en una telaraña literaria es difícil. Especialmente con la cantidad de libros que hay, gracias a Dios los existe en esas cantidades, y escoger un título es de gran batalla. Y a veces esa batalla la libra alguien más por uno. Y se hace grande, tal cual héroe en la guerra gritando a todo pulmón, “this is sparta!”, perdón un lapsus emocional.
Pues algo así me pasó a mi cuando llegó a mis manos el libro de Carlos Ruiz Zafón, El juego del Ángel. Fue un regalo, y que regalo, que me dio alguien muy especial.

La cantidad de páginas guardaba una historia, aún desconocida para mi. Pero empezar a leer sobre un chico que empezaría a desmarañar una historia entrelazada entre un sin fin de situaciones, acaparó mi atención noche a noche durante cuatro meses. Sin saberlo la historia tenía mucho que ver con el libro anterior La sombra del viento, el cual estoy leyendo en este instante, y me dejó picado, sin que nadie me contaran como era, desde la primera página.

Sus personajes, aunque atrapados en la década de los años 20 del siglo pasado, tenían gran similitud, o así lo quería ver, a mis años durante mi paso por los medios escritos de comunicación. Y eso fue lo que capturo mis desvelos en las noches. Asesinatos, acosos, persecuciones, romances, satanismo, budismo, cristianismo, erotismo y una que otra causa que guarda estas páginas, son la que te atrapan, seducen, erizan, cautivan, enojan, estresan a la hora de leerla. Algo que lo sigue haciendo conmigo en la sombra del viento y creo que lo logrará, sin lugar a dudas, cuando empiece a leer El Prisionero del cielo. Cuyos personajes ya conocidos vuelven a amarrarnos a el cementerio de los libros olvidados.

De mi parte recomiendo a este escritor que llegó a poner algo en el mercado con mucho interés, tal vez sin saberlo, por medio de algo que nos gusta hacer a muchos, escribir.

Si en algún momento a alguien se le ocurre hacerle tributo cinematográfico a esta obra, o a estas, simplemente le pido respeto a la creatividad y esfuerzo puesto en letras.  

miércoles, 14 de marzo de 2012

Y... no contaban con mi astucia

[un post un poco largo para compensar el tiempo perdido]

Cuesta, de verdad, volver a apachar las teclas de un teclado de computadora cuando ya has dejado la práctica de incluir historias dentro de este espacio. Tal vez por que de un momento a otro se desmotiva uno a seguir contando historias. Cosas que pasaron y ya, la chispita emocional, se acaba. 
A mi me pasó con la fotografía. Un día decidí que ya había sido suficiente seguir apachando el click y deje de capturar momentos. Lo dejé un buen rato y al tiempo volví, o traté, de hacer magia. Pero lo hacía esporádicamente, ya que por exigencia tuve que tomarle fotos a restaurantes, chefs, carros, edecanes enseñando media nalga a la par del carro, premiaciones, entrega de reconocimientos, entre otras cosas que se resumen a hacer “la foto institucional” del evento que iba a cubrir.
A veces, esto mata el intelecto. Algo que simplemente, Lo sospeché desde un principio.
Seguía capturando el momento y le ponía la creatividad necesaria, aunque las críticas sugerían que esa no era la foto indicada, a tomar lo que era posible. Y ahí fue cuando poco a poco me dedique a distraerme tomando atardeceres, por casi 8 meses, y retomé, sin que alguien llamado especialista o en los nuevos casos  profesional, me lo criticara en hacer fotos que en ese momento era lo que me entretenía. Lo hice intencionalmente para no perderle el gusto a una de las cosas que me encanta hacer.

Y de repente, mis antenitas de vinil detectan lapresencia del enemigo, y fue cuando me di cuenta que la espinita de la desmotivación seguía encarnada, pero ahora con mis letras. Mi espacio público, llamado La vida es un soundtrack, había perdido fluidez al igual que lo había hecho al principio mi pasión por la foto. La situación de imponerle algo para justificar el trabajo de otros, mata la creatividad. Tuve que tomar un respiro para llegar a este punto. Este punto de desahogo en el cual pueda otra vez a contar nuevamente historias.
Así, como volví a apretar el botón del click de una cámara, volveré a apachar las teclas de un teclado para darle vida a las letras.

Pero ya lo dice el viejo y conocido refran... síganme los buenos que esta aventura no termina.

*Recordando a un gran héroe el, Chapulín Colorado  y a mi noble lechuga que me insistió en retomar este espacio.