Dios bendiga a los gusanos...

[Comienza la canción] 1, 2, 3, 4... la guitarra acompaña y la melodía suena.

... que se han de comer mis ojos.

Vaya, pensé que esta rocola no tendría canciones que valdrían la pena que sonaran en su momento.
Ella bailaba a lo lejos, bajo la tenue luz que desprendía ese foco ya viejo del lugar. Los pocos visitantes se quedaron callados, talvez por que no conocían la canción. Talvez por que ella les robaba el aliendo o por que simplemente era ella y estaba conmigo.

Yo jugaba con el encendedor que se había quedado solitario en la mesa después de encender el cigarro que ya yacía acabado en el cenicero. testigo fue de lo que ya habíamos hablado antes de que una nueva moneda sedujera nuevamente a la caja melódica.

... y se reirán cuando les cuente un chiste... su movimiento se aceleró cuando entro el coro de la canción. Yo miraba atento, y mi mano desprendía chispas.

Me quede sin aliento al verla, sentirla, descubrirla, describirla. Mi mano dejo de sacar fuego. El silencio se ahogó cuando dijo vámonos. Tomó mi mano, apreté la de ella y salimos bajo la lluvia mojados de lo que afuera nos esperaba.

...Dios ven, dícelos...