lunes, 21 de julio de 2008

Cuento para una noche de verano

Es de noche, cierra los ojos, oye mi voz...


Había una vez...


Y llegó el día, más parecía lejos que pronto.
Las nubes llegaron y cubrieron la noche. Parecía una lluvia interminable, pero no lo fue. Por momentos pedazos de cielo dejaban ver las estrellas inquitas por salir y alumbrar. La luna despejaba por ratos coqueta como siempre, impaciente para volvernos a encontrar.
De cerca estabas, pero la neblina se coló de por medio, nos tapó, nos escondió en los corredores de esta ciudad. Sólo el resplandor de aquella imagen guardó el momento. Piensa, pero no te canses. Sueña pero sin desvelarte.

Queda el mismo cielo, el ambiente cambia, pero el paisaje sigue siendo el mismo.
Cantemos juntos esta canción. Y aunque estemos lejos las voces se oirán.

Si en algún momento tienes miedo, sólo piensa que no estás sola. Piensa en la compañía, chiquita. Piensa, pero sin prisa, para no despertar cansada.
Ahora duerme, que como cada noche estaré aquí acompañándote, aunque no me puedas ver.

[las cuerdas acompañan esta velada]

*For U all...

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno