No me acordaba de mucho. Simplemente me vino a la mente.
Una noche entre voces, un conversatorio recordaba algo, te quiero morder suavemente.
Sí, esa pasciencia que nos vuelve locos, esa voluntad que nos deja a ciegas.
La perseguidera se apodera, pero hay que comérsela.
La llegada, el momento, la huida.
Cómo aquel presente.
Todo hay que comerlo, poco a poco.
A mordidas, sin atragantar.
Lentamente, saborearse el momento. No importando cómo sea.
[una canción para aquellos que dicen que perdieron una dirección, pero saben dónde encontrarla]
La habitación de al lado
Hace 4 días
2 comentarios:
La perseguidera se apodera de nuestra voluntad y terminamos siguiendo aquello que provoca la mordida.
Poco a poco se consume el presente, envolviendolo en pasado... mordida tras mordida...
saludos :D
Mordia a mordia... cómo se nos va la vida, es bueno parar?
Es bueno cerrar la boca o dejar el mordisco para no soltarlo?
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