viernes, 14 de marzo de 2008

Habia una vez...

Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana, existía un planeta en el cual los niños jugaban con su imaginación para crear mundos y fantasías. Aventuras que algunos construían con salir a barranquear o sentarse a ver las estrellas en la terraza de la casa o en las praderas del campo. Esos niños crecieron y se hicieron viejos y transportaron toda esa aventura a los libros, los cuales apodaron cuentos. Me imagino que algo así fue, bueno acompañado de algunos alucinógenos para crear mundos de maravilla.

Antes la historia de los niños era una aventura natural que se nutría de las fantasías creadas por ellos mismos. Ahora instrumentos como el Playstation o el Xbox son los que se apoderan de la imaginación de los niños. Lástima.

Digo así por que se pierden de vivir todo eso que esta afuera. Puede ser que la situación no lo deje y que los papás lo consideren peligroso, yo lo entiendo, pero se pierden de salir a dibujar una aventura que sea un clásico en un futuro. De hacer historias y no esperar que salga el nuevo título del videojuego para calmas su sed de aventura.

Lo digo porque ahora nos tenemos que conformar con los cuentos que escribe Madonna, la reina del pop y su Like a Virgin o Papa don’t preach; o como ahora le dio a Gloria Stefan escribir sobre su mascota y hacer cuentos de ella. Por favor. Que tipo de historia nos pueden contar. Que más que un triunfo literario es un producto de marketing.

Ojalá y no llegue a suceder porque no quisiera que el famoso colorín colorado este cuento se ha acabado, se vuelva realidad.

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